Peleas Entre Hermanos: Amigos y Rivales
Las peleas y desencuentros entre hermanos siempre serán un tema importante para todas las familias, incluso puede llegar a ser muy agotador, sobre todo en la situación actual, en donde los mecanismos de autorregulación que incluían visitas a lugares públicos, deportes al aire libre, reuniones entre amigos, etc., han tenido que ser puestos en pausa mientras creamos nuevos mecanismos que nos permitan convivir y sobrevivir.
Te invitamos a leer estas pautas para que las practiques con tus hijos y los acompañes en este proceso tan valioso de negociación e interacción que nos entrena para lidiar con el mundo exterior.
Practica el amor incondicional.
Acepta a tu hijo/a y hazle sentir seguro y amado. Este es un punto esencial para que pueda aprender a amarse y no sentirse que debe competir con sus hermanos por tu atención y cariño.
Dedícale tiempo de exclusividad a c/u de tus hijos.
Nombra ese momento. Por ejemplo: “hoy es el tiempo de Daniel y papá/mamá”, “hoy es día dechicas” o cualquier otro nombre que surja espontáneamente entre tu hijo/a y tú.
Establece normas claras de convivencia.
Marcar límites sanos los ayuda a entender que en todo contexto existen normas esperadas. De igual manera les marca una pauta de acción-consecuencia.
Evita las comparaciones entre ellos mismos o con algún otro conocido.
Las comparaciones duelen y generan un sentimiento de no ser suficientes, sobre todo porque la vara cada vez sube más si mantenemos esa práctica. Motívalo a tener metas porque es capaz de esforzarse y conseguirlo, no a la sombra de los logros de otro.
Cada hijo es único y especial.
Encuentra sus fortalezas y ayúdalo a optimizarlas.
Asigna trabajos cooperativos.
Puedes, por ejemplo, asignar tareas que requieran del esfuerzo de todos para poder ser completadas. De esta manera pueden practicar las negociaciones y dejan un poquito de lado las diferencias para trabajar en los resultados. Así mismo, refuerza positivamente cuando los veas jugando. Por ejemplo: ¡qué bien les queda todo cuando trabajan en equipo!
Evita asignar mucha responsabilidad al hermano “mayor”, con respecto al menor.
Es importante tomar en cuenta la diferencia de edad entre tus hijos/as. A veces el hermano mayor tiene solo 2, 4, 6 años, etc., y no tiene claro eso de cuidar a otra persona, tampoco la madurez. Naturalmente, cuando vaya conociendo algunos peligros, tratará de proteger a su hermano/a. Vigila su reacción ante la solicitud pues esta situación puede crear resentimientos hacia los hermanos/as y hacia los padres. Todo hijo quiere y necesita sentirse cuidado.
En las discusiones entre hermanos, sugerimos intervenir cuando veamos que en todo caso, siempre hay alguno que es injustamente la “víctima” o cuando haya riesgo físico entre ellos. Al intervenir no intentar aclarar quien ha iniciado la pelea, sino motivarlos a que hablen y pacten nuevos acuerdos. Puedes intervenir, también, ayudándolos a identificar las actitudes que han provocado la situación y guiándolos para que elijan otras.
No son delincuentes que necesitan de un juicio. Son dos personas que necesitan aprender a negociar y a conocer sus niveles de tolerancia ante las distintas situaciones que puedan surgir.
Enséñales a hacerse responsables de sus actos.
Cuando tu hijo/a de menor edad le hace algo a su hermano/a mayor y éste se molesta, no disculpar al menor solo porque es más pequeño. Se les puede explicar que aún su hermanito/a no tiene tanto control de su conducta pero no minimizar su demanda. De igual modo, las recompensas o premios no deben ser iguales, sino proporcionales a la edad de cada quien.
Enseña con el ejemplo.
En todo lo que implementes en la crianza, obsérvate porque ellos están haciéndolo. Vigila cómo te relacionas con los demás y cómo te expresas del otro. Modela habilidades sociales y asertividad.